Debemos cuidar nuestra fe

Estamos viviendo un momento particularmente significativo de la vida de la Iglesia. El pasado 11 de octubre hemos celebrado el 50º aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, gracias al cual ha sonado “la hora del laicado” en la Iglesia; en el mismo contexto el Papa Benedicto XVI ha dado inicio al Año de la fe, que nos ha propuesto como respuesta a la grave crisis de la fe sobre todo en el mundo occidental; justamente en estos días está teniendo lugar el tan esperado sínodo de obispos sobre la nueva evangelización. Todos estos eventos son extremadamente importantes y tocan de cerca la vocación y misión de los fieles laicos en la Iglesia y en el mundo.

Pero, ¿cuál es el común denominador de todas estas celebraciones? Creo que en el centro de cada una de ellas está la fe. La fe es el fundamento de la vida cristiana, sin el cual todo se derrumba. El Santo Padre Benedicto XVI nos recuerda continuamente que la cuestión fundamental del hombre de hoy es la cuestión de Dios y el lugar que Él ocupa en la vida del hombre. La erosión de la fe también en la vida de no pocos bautizados asume hoy dimensiones muy preocupantes. ¡Por ello el Santo Padre nos invita a todos a “repensar y revivir nuestra fe de modo nuevo”! Este es el gran desafío que la Iglesia pone ante cada uno de nosotros durante el Año de la fe. Debemos buscar redescubrir el inmenso valor del don de la fe que hemos recibido de Dios en el Bautismo… Es un tesoro evangélico por el que vale la pena darlo todo.

La fe no es una cuestión que se puede resolver simplistamente: más bien se trata de un desafío permanente en la vida de cada uno de nosotros… Debemos cuidar nuestra fe con profundo sentido de responsabilidad, porque ella es como una planta viva que, si no es custodiada, alimentada, cuidada, está destinada a morir… Cuidar la propia fe quiere decir conocer sus contenidos esenciales… ¡Es verdaderamente aterradora la ignorancia de la fe que encontramos en tantos bautizados de hoy! Por ello, el Catecismo de la Iglesia Católica debe convertirse en un verdadero compañero en el camino de la vida de cada uno de nosotros… 

Mensaje del Presidente


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