Cuaresma: tiempo de despojarse…

san-francesco-di-assisi1

Con la celebración del rito conmovedor de la imposición de las cenizas (“Acuérdate de que eres polvo…”) hemos entrado en el tiempo de la Cuaresma, que no es otra cosa que un itinerario de preparación espiritual para la Pascua de Resurrección – parte central del año litúrgico de la Iglesia. Pero, ¿cómo podemos acoger este inmenso don que el Señor nos ofrece cada año? En cierta ocasión, me causó una gran impresión una inscripción latina en la puerta de ingreso de un antiguo monasterio, que decía así: Intra totus. Mane solus. Exi alius. Entra con todo tu ser; quédate solo; sal diferente. Intra totus: entra con todo tu ser… Qué difícil es entrar en la Cuaresma tal como somos hoy, sin esconder nada, y permitir al Señor que pueda tocar, iluminar y transformar todo nuestro ser y toda nuestra vida. Mane solus: quédate solo. En este tiempo, necesitamos, en modo especial, hacer silencio dentro de nosotros y vivir un poco el desierto, necesitamos permanecer solos para escuchar al Señor, para meditar su Palabra, para examinar nuestro corazón y nuestra conciencia. ¡Cuánto ruido hay a menudo a nuestro alrededor y dentro de nosotros, un ruido que nos hace sordos a la voz de Dios y de los hermanos! Exi alius: ¡sal diferente, sal transformado! La gracia del camino cuaresmal es de verdad capaz de cambiar nuestra vida. Tú dices: ¡Cuántos propósitos he hecho hasta ahora y los resultados han sido siempre tan mediocres! Hoy el Señor te asegura: ¡Este es el momento justo! ¡Vuelve a comenzar, yo estoy contigo! Entonces: Intra totus. Mane solus. Exi alius… Aquí tenemos una propuesta sencilla para vivir la Cuaresma de este año.

Pero intentemos ser aún más concretos… El Santo Padre Francisco, en su Mensaje para la Cuaresma de este año, ha escogido el tema de la pobreza como palabra central de este tiempo. Para entender el sentido cristiano de la pobreza, hay que mirar siempre la pobreza de Cristo. «Nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza» (2Cor 8,9). Cristo se ha despojado, se ha “vaciado”, para asemejarse en todo a nosotros. Pero la finalidad de hacerse pobre no es la pobreza en sí misma – explica el Papa (cfr. Mensaje para la Cuaresma 2014). Jesús se ha hecho pobre para hacernos ricos a través de su pobreza. Por ello, hemos sido liberados de la esclavitud de nuestros pecados mediante su pobreza. «La pobreza de Cristo que nos enriquece consiste en el hecho de que se hizo carne, cargó con nuestras debilidades y nuestros pecados, comunicándonos la misericordia infinita de Dios. La pobreza de Cristo es la mayor riqueza» (ibíd.). Y Dios – subraya el Papa – continúa también hoy salvando a los hombres y al mundo mediante la pobreza de Cristo, que se hace pobre en los Sacramentos, en la Palabra y en la Iglesia.

¿Pero cómo podemos aplicar esta hermosa meditación del Santo Padre Francisco a nuestro modo de vivir la Cuaresma de este año? Aquí tenemos la respuesta: «La Cuaresma – escribe el Papa – es un tiempo adecuado para despojarse; y nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza. No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele» (ibíd.). Hasta aquí el Santo Padre.

Que esta Cuaresma sea para todos nosotros un tiempo de despojo… Para aprender el arte del despojo tenemos que ir a Asís, tenemos que mirar a San Francisco. Recordemos cuando Francisco se desnudó ante el padre, el obispo y la gente de Asís… Fue un gesto profético que, con el correr de los siglos aún tiene que decirnos mucho a cada uno de nosotros. El papa Francisco explicó el significado de este gesto con ocasión de su visita a Asís el año pasado: «El despojamiento de San Francisco nos dice sencillamente lo que nos enseña el Evangelio: seguir a Jesús quiere decir ponerle en primer lugar, despojarnos de la muchas cosas que tenemos y que sofocan nuestro corazón, renunciar a nosotros mismos, tomar la cruz y llevarla con Jesús. Despojarnos del yo orgulloso y despegarnos del afán de tener, del dinero, que es un ídolo que posee» (Encuentro en Asís con los pobres asistidos por la Caritas, 4 de octubre de 2013). Fijémonos, si no somos capaces de acoger tal mensaje en relación al despojamiento – según el Papa - «¡nos volveríamos cristianos de pastelería, como buenas tartas, como buenas cosas dulces! […], ¡pero no cristianos de verdad!». El despojo es, pues, una cosa seria… Aquí se decide nuestro ser o no ser de cristianos. ¡Y la Cuaresma de este año nos los recuerda con una insistencia particular!

Mensaje del Presidente


© Copyright 2011-2015  Consejo Pontificio para los Laicos | Mapa de la web | Links | Contactos

X

Desde el 1 de Septiembre de 2016,
el Consejo Pontificio para los Laicos
ha cesado sus actividades,
y sus responsabilidades y funciones fueron asumidas por el nuevo
Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

 
www.laityfamilylife.va

 

TODO EL MATERIAL PUBLICADO HASTA EL 1 DE SEPTIEMBRE

SEGUIRÁ ESTANDO DISPONIBLE EN ESTA PÁGINA

AUNQUE YA NO SERÁ ACTUALIZADA.