Podría comenzar comentando que la idea de la Jornada + allá del deporte surgió un Jueves 27 de marzo a medio día. Pero aquello no lo recordaría con tanto cariño y precisión, ni tendría valor alguno en la historia de lo que fue sino le agregase el detalle más importante: la misión fue encargada por Dios mientras oraba ante el Santísimo. Y lo recalco porque fue y siempre será la única manera para enfrentar todos los “es imposible” que nos declaran cuando comentamos las propuestas desafiantes que son de Dios y en las que por Él y con Él que nos embarcamos.
Creer que era real una idea surgida en una capilla. O que era posible desarrollar una gran Jornada Internacional que unía espiritualidad y deporte en menos de 8 meses. Que una laica lo había iniciado. Que íbamos a iniciarlo con una misa sin el temor al qué dirán y que luego no sólo hablaríamos de deporte sino que también lo practicaríamos, en fin, para muchísimos todo aquello era inviable; pero olvidaban que la misión era de Dios, para quien no existen los imposibles, más aún cuando en oración y acción nos sigue iluminando y guiando para que continuemos con lo que nos ha encomendado.
Hay que confiar muchísimo y tener siempre cerca la imagen primera en que le dijimos SI a Dios, puesto que será de gran ayuda en los momentos de dificultad que siempre vienen. Y luego colocar generosamente los dones que nos ha dado para realizar Su proyecto. Por mi lado aporté que soy organizada, tengo una “severa ceguera” que nubla casi por completo la dificultad que un desafío pueda tener y gran intuición que me ayuda a seguir a pesar de las tormentas. Con la tarea algo clara comencé en Chile con la búsqueda de información llegando rápidamente a la conclusión que todos los caminos me conducían a Roma y por ahí debía comenzar.
Partir por el Vaticano fue vital pues con la visión respecto de lo que la Madre Iglesia dice, ha hecho o más aún anhela realizar en relación a la espiritualidad en el deporte, logré armar una base sólida y confiable con la cual comenzar. Luego de aquello tuve reuniones en otros lugares de Europa con personas tanto laicas como consagradas, que han estudiado o desarrollado interesantes proyectos deportivos que integran sanamente cuerpo, alma y espíritu, siendo un valioso aporte al desarrollo de la Jornada. Estos encuentros de alguna manera fueron nexo para contactar a los expositores: Tomás Bolaño y Jonathan Rúa de Colombia, Ricardo Pantoja y Aline Lima de la Pastoral Deportiva de Río de Janeiro y a los Argentinos de Rugby Sin Fronteras. Y de Chile a Monseñor Gaspar Quintana.
De regreso en Chile y respetuosa con la Jerarquía de la Iglesia presenté la Jornada al Obispo de la Diócesis de San Felipe, de la cual depende Papudo y resultó que Monseñor Contreras, no sólo es muy amable, sino que además había sido gran deportista y seguía entrenando, compartiendo algunas de sus maravillosas anécdotas en la misa del 15 de Noviembre, generando una cercanía incluso en aquellos no cercanos a la Iglesia, pero que sólo Dios logra cuajar y el deporte acercar.
La búsqueda luego se centró en contactar sacerdotes y laicos para quienes fe y deporte estaban unidos e invitarlos a participar en la Jornada y fue así como tanto para el CEC (Centro de Estudios Católicos) como para el gran tenista chileno Jaime Fillol esto fue un proyecto al cual quería aportar más, formando así parte del equipo organizador, ampliando de bella manera la visión con la cual concretaríamos el proyecto.
Podría seguir porque la historia fue maravillosa, pero antes de cerrar quisiera comentar que no hay que empeñarse en buscar el ser famosos o inventar la rueda, sino que como niños curiosos conocer a tantos que ya han recorrido camino y nos pueden transmitir su valiosa experiencia para desarrollar lo que Dios nos ha encomendado. Insisto en esto, porque es vital el recordar con humildad que es Su obra y para nosotros un privilegio aportar un grano de arena. Que si las grandes decisiones nos dan es el mejor evaluador respecto las orientación que le estamos dando al proyecto. De que insistir como la viuda de la Biblia, es cansador, para algunos puede resultar un defecto, pero es la manera de lograr lo que se nos ha encomendado, pero siempre guardando su cuota de tino y respeto y por último que la oración es vital!
Por Colomba Serrano Rolin.
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