El Papa Francisco recibió el pasado sábado 25 de octubre en el Aula Pablo VI a más de 8 mil peregrinos, procedentes de más de 50 países, del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, con ocasión de la culminación del Jubileo por sus 100 años de fundación.
Un 18 de octubre de 1914, en Vallendar (Alemania), en el "Santuario original", una pequeña capilla a orillas del Rin, el P. José Kentenich selló con grupo de jóvenes una Alianza de Amor con la Santísima Virgen, dando así origen al Movimiento de Schoenstatt. Con los años, el Movimiento se iría extendiendo a más de 100 países de todo el mundo.
Al considerarse el Movimiento Apostólico de Schoenstatt como un movimiento para la Iglesia y fiel a su Magisterio, después de celebrar solemnemente el primer centenario en el lugar de origen en Alemania, la Familia de Schoenstatt quiso venir en peregrinación a Roma para encontrarse con el Santo Padre, ponerse a su disposición y recibir de él un impulso para los próximos cien años. El papa Francisco quiso recibir a los integrantes del Movimiento en el Aula Pablo VI el 25 de octubre de 2014.
El encuentro con el Santo Padre Francisco, en el que participaron el presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, S.Em. el cardenal Stanisław Ryłko, y el subsecretario, Mons. Miguel Delgado Galindo, se llevó acabo en un tipo de diálogo. Las preguntas salieron desde los cinco campos estratégicos del apostolado de Schoenstatt. Los proyectos apostólicos, que formaron una parte esencial de las celebraciones del Jubileo 2014, tienen algo de diálogo sobre los signos de los tiempos y sobre los desafíos del hombre de nuestra época, siendo un diálogo desde los “hechos”. Muestran la vida real y no sólo la especulación teórica, lo que le da más fuerza y poder de convicción.
El encuentro con el Santo Padre fue, al mismo tiempo, un envío a seguir construyendo puentes hacia Dios y hacia los hombres: “Tenemos que trabajar por una cultura del encuentro. Una cultura que nos ayude a encontrarnos como familia, como movimiento, como Iglesia, como parroquia. Siempre buscar cómo encontrarse. Yo les recomiendo […] que agarren en el libro del Génesis la historia de José […].Cultura del encuentro es cultura de la alianza. O sea Dios nos eligió, nos prometió, y en el medio hizo una alianza con su pueblo. […] Cultura del encuentro es cultura de la alianza. Y eso crea solidaridad. Solidaridad eclesial. […] Entonces cultura del encuentro, que eso hace una unidad que no es mentirosa y es la unidad de la santidad, que lleva a la cultura del encuentro.”
Todo el diálogo con el Papa Francisco estuvo bajo esa perspectiva en la cual el Papa destacó el valor del caminar con Jesús, de la mano de María, poniéndolo a Él en el centro, para que la misión sea siempre
llevarlo a Él, centro de la cultura y de cada ser humano: “María es fundamentalmente Madre. Bueno sí, Madre es poca cosa, no, María es Reina, es Señora. María es Madre. ¿Por qué? Porque te trajo a Jesús. […] Una Iglesia sin María es un orfanato. ¡Eh! Entonces Ella educa nos hace crecer, nos acompaña, toca las conciencias. […] María es la que ayuda a bajar a Jesús. En el abajamiento de Jesús. Lo trae del cielo a convivir con nosotros. Y es la que mira, cuida, avisa. Está. […] El centro es uno solo: Jesucristo. Cuando yo pongo en el centro mis métodos pastorales, mi camino pastoral, mi modo de actuar y todo, descentro a Jesucristo. Toda espiritualidad, todo carisma, en la Iglesia desde el más variado a los más ricos, tiene que ser descentrado. En el centro está el Señor […] el centro, el centro es sólo Jesús. Siempre el apóstol es un descentrado. Porque el servidor está al servicio del centro, ¿no? El carisma descentrado no dice nosotros. Nosotros, o yo. Dice Jesús. Y Yo. Jesús y yo. Jesús me pide. Tengo que hacer esto por Jesús. O sea siempre en el centro.”
Para leer todas las respuestas del Santo Padre a las preguntas:
http://www.news.va/es/news/familia-pedagogia-juventud-sociedad-e-iglesia-resp
